lunes, 31 de enero de 2011
"SONS OF ANARCHY", CLÁSICOS DE AYER Y HOY
La serie norteamericana ha conseguido hacerse un hueco en la complicada parrilla Usa. Este drama transcurre en una idílica ciudad americana donde la bandera es una religión, los moteros (Los hijos de la anarquía) sus reyes y la ley un obstáculo para su tranquilidad.
Shakespeare se ha ido a vivir a “Charming”, ciudad en la que se desarrolla la trama de “Sons of Anarchy”, teleserie de la cadena Norteaméricana “fxnetworks”. Un grupo de moteros, liderados por Clarence 'Clay' Morrow (Ron perlman) , forman una hermandad del crimen, con su particular ética, que con la filosofía de los club de moteros más clásicos, intentan mantener un modo de vida que hasta el momento ha sido más que lucrativo. Junto a él y quizás contra él, se encuentra Jackson 'Jax' Teller (Charlie Hunnam) un neo “Hamlet” que ejerce de heredero fiel. La trama, plagada de acción y de personajes secundarios con sus historias paralelas, sufrirá un ligero golpe que alterará todo el ecosistema establecido cuando a “Jackson se le aparece el fantasma de su padre en forma de texto.
La serie tiene elementos de folletín que la hacen más que interesante. Destacaría el personaje de la madre de Jackson (Gemma Teller Morrow), actual pareja de Clarence, interpretado por la magistral Katey Sagal (sí, la matriarca de los Bundy, de (Matrimonio con hijos).
Metiéndonos un poco más en los detalles, debemos decir que esta serie lleva la firma de Kurt Sutter, el creador de “The Shield” y eso se nota. Cuando empiezas a sentir algo de cercanía con los personajes, cuando crees que nace la empatía, ellos demuestran su verdadera naturaleza y te percatas que eres víctima del “Síndrome de Estocolmo”. Son delincuentes y el club es su única forma de vida, además de su grupo madre en el que se sienten seguros. Como se dice un capítulo de la serie “Antes era alguien, sin el club soy un pringao”.
En definitiva, “Sons Of Anarchy” es una serie sobre una saga, “los Sopranos” de la América profunda, una realeza con olor a gasolina y cuero, que tiene todos los elementos de las tragedias más clásicas, Amor, ira, desdicha, traición, ambición…
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